APRENDE A LEER LAS ETIQUETAS DE TUS PRODUCTOS

Hace unos días atrás, un amigo me mandó un producto para barba y cabello con un envase y etiquetado muy atractivo, que a primera vista parecía un muy buen elemento de cosmética masculina. Cuando llevas un tiempo en este negocio, tienes la mala costumbre de leer el detalle de los ingredientes en las etiquetas para mirar más allá de la primera impresión. Lamentablemente, ese producto traía un cóctel de sustancias que si las miramos con más cuidado pueden ser muy peligrosas e incluso tener el efecto contrario a lo que buscamos en cosmética masculina. Algunos pueden producir dermatitis, caída de cabello, irritaciones, incluso algunos han sido prohibidos por evidencias de generar cáncer. Los efectos dependen de las concentraciones, tiempo de uso y lugares de aplicación.

La idea de este artículo y los próximos artículos de esta serie es que tomemos conocimiento de lo que estamos comprando y con información tomar la mejor decisión para nuestra salud. Así que esperamos cooperar en este sentido para que con mayor conciencia podamos hacer uso de productos cosméticos de mejor calidad, con mayor cuidado del medio ambiente y cuidándonos efectivamente.

Con mejor información tomamos mejores decisiones.

Lo primero que debemos tener presente es que por ley, los laboratorios deben poner uno a uno cada ingrediente que compone un producto y ordenados de mayor a menor concentración. Así el componente que aparece primero es que el está contenido en mayor cantidad. Es frecuente que en el primer lugar de la lista este el agua, por razones naturales, es el disolvente universal, es decir el que más sustancias disuelve.

El último ingrediente del listado puede tener una concentración mínima. De hecho, aquellos que tienen una concentración menor al 1%, pueden ser incorporados al final en cualquier orden en el listado de la etiqueta.

Al saber esto, he encontrado decenas de productos, que en sus etiquetas destacan que tienen un principio activo y al mirar el detalle estos se encuentran al final de la lista de 90 ingredientes, lo que hace pensar que quizás no tiene mucho de ese activo natural.

De todas maneras, esto requiere un análisis profundo, dado que hay ingredientes que en muy bajas concentraciones son altamente efectivos.

Por ejemplo, el ácido hialurónico, dado su particular efecto hidratante, basta con una pequeña concentración para tener efectos notorios sobre la piel.

El segundo elemento para aprender a leer una etiqueta es diferenciar los ingredientes vegetales y naturales, de aquellos ingredientes artificiales. Es importante saber que estos no necesariamente son elementos dañinos o negativos. De hecho, hay algunos de estos que potencian los activos y efectos de los ingredientes artificiales. En un artículo futuro abordaremos este tema en mayor profundidad.

Los ingredientes vegetales están escritos en latín, puesto que se usa el nombre botánico, por ejemplo : Rosmarinus Officinalis (Romero), Salvia Officinalis (Salvia), Camellia Sinensis (Té Verde).

Los ingredientes de productos artificiales, como emulgentes o conservantes aparecen generalmente en inglés.

Otro elemento, a tener presente es el origen del producto, pues la normativa puede cambiar de cómo se muestran los ingredientes, por ejemplo, en USA es obligatorio en algunos productos mostrar por separado los activos. En cambio, en cambio productos europeos no, se muestran todos en el mismo listado.

Un nivel un poco más avanzado para leer etiquetas, sin ser químico, es saber diferenciar 6 elementos que en general contienen los productos cosméticos : principios activos (sustancia al cual se debe el efecto prometido), emulgentes (unifican grasas con líquidos), gelificantes (dan la textura), bactericidas (eliminan gérmenes), conservantes (para alargar duración del producto) y otros aditivos como fragancias. Esto es importante, pues al identificarlos se puede deducir la calidad de un producto y al mismo tiempo, identificar potenciales ingredientes tóxicos.

Por ejemplo, uno de los conservantes más conocidos y muy utilizados por su bajo costo, son los famosos parabenos. Estos los podemos encontrar en una amplia gama de productos uso diario : shampoo, crema para peinar, hidratantes, productos para barbas, lubricantes, pastas dentales, alimentos, entre otros.

Estos compuestos entraron en la controversia pública, cuándo hace unos años una universidad inglesa (Reading) publicó que eventualmente eran causa de ciertos tumores de mama, dada la aplicación cutánea de productos que lo contenían, al encontrar en el 90% de las biopsias de mujeres con este tipo de cáncer estos elementos.

Así, hoy muchos consumidores buscan comprar artículo que no contengan estos elementos. Una manera de asegurarse que así sea es saber leer las etiquetas.

Por otro lado, al aprender a distinguir los principios activos, su concentración relativa en la fórmula y el nivel de concentración que genera efecto esperado, puedes elegir mejor tu producto. Especialmente, sabiendo que muchos de los productos de cosmética apenas contienen una mínima parte de principio activo. Es decir, son más marketing que principio activo.

En un segundo artículo, comentaremos de manera específica sobre algunos de estos elementos que son comunes en las fórmulas y que están en la palestra por ciertas evidencias de toxicidad. De esta manera, queremos aportar a que puedas comprar de manera más informada y objetiva.

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